Seguro que conocemos casos cercanos o por lo menos hemos visto por la calle determinados perros que reaccionan de forma agresiva ante ciertos estímulos. Algunos de los más habituales son: cruzarse con otros perros paseando, niños patinando o montando en bici, corredores e incluso personas paseando. Algunas veces hay un patrón claro que evidencia las reacciones, lo que resulta muy beneficioso para el trabajo y enfoque durante el paseo. Otras, es más difícil conocer este precursor al tratarse de una respuesta más generalizada o de una lectura más compleja.
Esta reacción descontrolada y emocionalmente inestable puede estar condicionada por varios motivos o causas y cada uno de estos necesita de un tratamiento diferente, una terapia concreta y enfocada en cada caso particular.
Las causas más habituales son:
- Un compendio de malas experiencias durante el paseo que unido a la sensación que puede transmitir la correa (aumentar su nivel de inseguridad al no poder huir de una situación incómoda) y a la tensión de la misma, transmitida de forma involuntaria durante el paseo (añadiendo un estrés extra para el perro en momentos concretos), hace que nuestro perro viva el paseo como un momento de peligro y alerta.
- Miedo a estímulos concretos, esto puede hacer reaccionar de forma reactiva a nuestro perro, convirtiéndose en una experiencia “satisfactoria” al haber conseguido salir de la situación sano y salvo. Esto hace que se consolide rápidamente esa reacción emocional ante un evento estresor, quedándose grabada esa manera de actuar para próximos eventos similares.
- Demasiada energía, poco canalizada en el día a día puede ser motivo suficiente para que nuestro perro no sea capaz de gestionar un paseo relajado y que ello detone en reacciones explosivas motivadas por la frustración de no poder llegar a ciertos lugares o conocer perros/personas y/o por la energía acumulada en su interior.
- Un material de paseo inapropiado como herramientas que causan molestia al perro o una correa corta que le impida disfrutar del paseo, llegar a los olores cercanos o pasear libremente son determinantes para acabar negativizando el paseo. Un arnés estándar (con la argolla en la parte superior) puesto en un perro acostumbrado a tirar o peor aún, un perro reactivo, es una herramienta activadora que añadirá una mayor motivación por tirar y reaccionar ante cualquier estímulo.
Con los arneses Freedom&Color evitamos las activaciones durante el paseo. Gracias a su diseño y la anilla delantera disponemos de un buen control y direccionamiento del perro que nos servirá para ayudarle a gestionar ciertas situaciones y guiarle hacia una salida segura. Además, al estar equipados con cintas de algodón y fundas acolchadas son muy apropiados para los perros más fuertes o de piel más delicada, propiciando que puedan disfrutar de un material de paseo seguro y suave.
Además, gracias a su diseño, pueden usarse en situaciones de ocio y libertad o como arnés de paseo convencional. Al ser arneses que respetan la anatomía del perro son compatibles para su uso diario en ciudad, playa o montaña.
¿Qué tal gestiona vuestro perro a otros perros? ¿Se tensa en situaciones concretas? ¿Es sociable y a la vez capaz de gestionar su emoción positiva? ¡Coméntanos!